¿ETICA DEONTOLOGICA O UTILITARISMO COMO PROBLEMA NEUROFILOSOFICO?
ESCRITO POR: CARLOS M. MUÑOZ S.
UNIVERSIDAD DEL VALLECALI-COLOMBIA
2005
Considero que el inconveniente principal que se le presenta a la neurofilosofía, no solo respecto a problemas morales o éticos, sino también respecto a problemas de otras índoles, se presenta con respecto a la reducción metodológica y al eliminativismo teórico. El dominio explicativo del comportamiento ético parece ser un campo concurrido inter y transdisciplinarmente; sin embargo, si deseamos obtener conclusiones, hipótesis o tesis de alto rango ético tenemos que adoptar la vía transdisciplinar, evitando de esta manera el reduccionismo metodológico y promoviendo, debido a esto mismo, la construcción de descripciones y predicciones más completas holísticas y heurísticas, evitando con esto el eliminativismo teórico.*ALGUNAS PREMISAS:J. Greene considera el juicio ético acerca de un dilema moral de tipo personal o impersonal basándose únicamente el registro fMRI frente a una situación experimental con dos dilemas. (Runaway trolley dilema y Footbridge dilema). De esto se puede inferir que, en la medida en que se observen, a través de fMRI, más comprometidas las áreas funcionales cerebrales referentes a la emocionalidad, a la hora de presentar un juicio frente a uno de estos dilemas por parte de los sujetos experimentales, entonces, más cerca se estará de identificar este dilema como “personal”; por el contrario, cuando disminuye la actividad en áreas funcionales de la emocionalidad y aumenta en, por ej.: cortex prefrontal derecho dorsolateral anterior, “áreas de control cognitivo”, entonces, más cerca se estará de identificar este dilema como impersonal. En consecuencia: el juicio utilitarista presenta una fuerte relación con la activación de patrones asociados con el control cognitivo que con la emocionalidad, distinto del caso de los deontologistas cuyo juicio se encuentra más asociado con la activación de patrones en áreas de la emocionalidad. En este sentido, concluye Greene, en la escala evolutiva humana el juicio deontológico ocupa un lugar anterior al del juicio utilitarista, dada la dependencia de pensamiento abstracto que implica este último (Cf. Greene 2004).En síntesis: existe un conflicto cerebral entre áreas funcionales a la hora de tomar una desición moral, entra en conflicto la emocionalidad con el control cognitivo, o la parte utilitarista (la de llevar a cabo el mayor bien) con la parte deontologista (la de cumplir a cabalidad las reglas).*ALGUNAS PREGUNTAS Y ALGUNAS RESPUESTAS:Pero, si todos alguna vez hemos sido tanto utilitaristas como deontologistas, entonces, ¿Jurídicamente qué es lo-correcto?, ¿Se interpreta como un caso de asesinato, el hecho de que alguien empuje a alguien a la vía de un ferrocarril para salvar a cinco personas (Respuesta utilitarista al Footbridge dilema)?, y si es así, entonces, ¿El utilitarismo se encuentra en plena oposición con la nomología jurídica?, y ¿dicha nomología jurídica se encuentra más del lado deontológico o emocional que del lado del control cognitivo?, si, por el contrario, se encuentra inocente a esta persona por haber acudido a una desición deontológico y haber dejado que murieran cinco personas para que una viviera, acaso, ¿podía exculparse a este individuo debido a que “no tomo cartas en el asunto”, debido a que no actuó?. ¿De donde surge el criterio para juzgar este juicio?, es decir, ¿Dónde radica el reconocimiento de la responsabilidad personal de un individuo?, acaso, ¿Puede ser juzgado el grado de responsabilidad personal con base en una situación, o, debe existir un criterio Standard?, ¿Dicho criterio Standard de reconocimiento de la responsabilidad moral puede radicar en evidencia científica como por ej. en las imágenes fMRI?, y si esto es así, ¿El criterio de análisis frente a un acto responsable, debe radicar en un modelo Standard de reacción cerebral frente a situaciones y contextos Standard para dicha reacción?, de esto ser así, entonces a partir los resultados de Greene, podemos afirmar que la responsabilidad moral no radica en la carencia de acción efectiva (como por ej.: el sujeto que no toma cartas en el asunto) en una situación, sino, en la presencia de acción funcional cerebral, y dicha acción funcional a mostrado que las mismas personas frente a distintas situaciones construyen distintos juicios cuya naturaleza puede encontrarse en oposición. Este es el caso del grupo de personas que frente al runaway trolley dilema responden con un juicio utilitarista, pero frente al footbridge dilema responden con un juicio deontologista. ¿Lo anterior pone en duda que estas personas, en ambos casos, sean responsables del acto que dicen que harían en cada uno de dichos escenarios? Mi respuesta es “no”.Considero que los resultados de Greene no ponen en duda la responsabilidad moral, sino que relacionan está, por un lado, o con el control cognitivo y a su vez con las creencias personales acerca del mundo, o, por otro lado, con la emocionalidad. Sin embargo, de todo esto no se puede inferir que una posición utilitarista, al estar más del lado del control cognitivo, pueda servir como el locus de la responsabilidad moral, debido a que expone en el plano de la acción las creencias del sujeto frente al mundo, opuesto a la perspectiva deontológica. Por ej.: de esto no se puede inferir (es decir, no es razón suficiente para) que se exculpe al sujeto que (en el footbridges dilema) no arrojó al otro del puente dado que adopto una perspectiva no-utilitarista.*PERSPECTIVA NEUROFILOSOFICA Y JUICIO JURIDICO:Los resultados de Greene no son suficientes para elegir un lugar identificante de la responsabilidad moral. Lucretius tiene mucha razón en su contrargumento 4 a Greene (Cf. Lucretius 2005), como dijo Hume: “…la razón es esclava de las pasiones…”, y esto es algo que, si bien no es totalmente compaginable con la neurociencia actual, tampoco es del todo falso. A menos que se tenga una postura neofrenologista, el cerebro es un todo funcional cuyo desempeño es estructuralmente holístico, no podemos establecer relaciones causales estrictas entre un juicio moral y una imagen de fMRI. Caeríamos por completo en un reduccionismo metodológico de la moral y en una eliminativismo teórico del juicio interdiscilinar. A diferencia de la libertad individual, la responsabilidad moral, desde mi perspectiva, depende de una perspectiva, no tanto internalista, como externalista (Cf. Muñoz 2004), es decir, de una perspectiva donde los factores determinantes se den de una compaginación entre el mundo y el sujeto, no solo en el cerebro (como pasaría si pensáramos que los experimentos de Greene aportan conclusiones al problema del locus de la responsabilidad moral.), sino también en el sujeto psicológico y fenomenológico. Como a dicho el neurocientífico Rodolfo Llinás, el significado de algo, o lo-significativo de alguna cosa, depende de la compaginación del contexto interno cerebral con el contexto externo (Cf. Llinás 2003: 137-152). De esta perspectiva surge la pregunta acerca de si ¿un sujeto es responsable moralmente de un acto si no hubiese podido haber actuado de otra manera? Con esta pregunta el problema de la responsabilidad moral abandona el plano eminentemente neurocientífico para ubicarse en un plano mucho más axiológico y fenomenológico. Relacionando esto con los dilemas de Greene: ¿El sujeto que profiere el juicio utilitarista o el juicio deontologista es responsable moralmente por el acto a que este juicio conlleve?, todo parece indicar que sí. De ocurrir lo contrario, tendríamos que analizar los factores específicos que influyeron en el acto realizado, por ej.: en el caso en que el sujeto deontologista, en el footbridges dilema, fuese obligado por un tercero armado a empujar del puente al extranjero para que frene el tren y que este no asesine a cinco personas. Frente a esto, el sujeto deontologista esta constreñido a hacer lo que hizo para salvar su propia vida, es así que empujó a otro para salvarse a sí mismo (a la vez que cumplía con los propósitos del tercero de salvar a las cinco personas en riesgo), generando de esta manera el mayor bien para sí mismo. De ser así, el acto de este sujeto es un acto utilitarista, consigo mismo en defensa de su vida, y con las cinco personas por constreñimiento del tercero armado. Entonces, ¿Esta persona es éticamente utilitarista o deontologista, acaso su juicio deontologistas no se convirtió en un acto opuesto debido a un constreñimiento de su libertad de acción?.Esto parece conducirme a una posición en la cual (si bien, no tengo una tesis definitiva), me atrevería a afirmar, no importa si todos algunas veces somos deontologistas o utilitaristas, emocionales o racionales, y que la responsabilidad moral no parece radicar en un acto de racionalidad (“control cognitivo”) frente al mundo, esto se hace claro en el hecho de que entre el juicio y el acto de un individuo existe un gran camino en el cual influyen otros juicios evocados de la memoria autobiográfica, otros juicios evaluativos alternativos formados por influencias del medio y que constituyen la plataforma del razonamiento cuya conclusión será o un juicio utilitarista o deontologista. Entre juicio y acto hay una largo camino (hecho muy bien reconocido en las culturas occidentalizadas) ya sea el juicio utilitarista o deontologista. Nuestro cerebro debe, en su constante fluir funcional, poner en contexto interno una miríada de factores externos en miríadas de operaciones entre redes funcionales diversas, y convertirlos en factores significativos para la constitución de actos y estos procesos de compaginación mundo-cerebro funcional se encuentran tanto en el fundamento del juicio (del tipo que sea) como en el camino al acto al que conlleve un juicio. La relación entre contexto y acto puede servirnos para rastrear ciertos factores que determinen la culpabilidad, eso queda en manos de la relativa nomología jurídica aplicada; a fin de cuentas siempre somos responsables moralmente de nuestros actos. Esto no significa que siempre seamos culpables, sino simplemente que nuestro cerebro esta interactuando con el mundo. Sin embargo la responsabilidad moral útil en la constitución de un veredicto de culpabilidad no parece ser este tipo de responsabilidad descrito neurofilosóficamente, sino que, parece ser una “responsabilidad moral” anclada a un paradigma de análisis mucho más pragmático. Constituyen dos dominios explicativos distintos; sin embargo, tanto en uno como en otro es totalmente válido y legitimo decir “la culpa no fue tuya aún cuando siempre fuiste responsable de tus actos”.◘
Carlos M. Muñoz S.
- Cali-Colombia24 de Septiembre de 2005
BIBLIOGRAFÍA:
Llinás R. (2003) El cerebro y el mito del yo; Ed.: Norma.
Lucretius;(2005)(August 24) “Does neuroscience refute ethics?”; http://www.mises.org/story/1893
Muñoz; C.; (2004) “Libertad y determinismo: la antonímia del error; otro enfoque”; XV Congreso Interamericano de Filosofía; Lima-Perú; Enero/ 2.004. Publicado por la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú); 2004. (Dicho trabajo ha sufrido serios arreglos y cambios, en caso de interés solicítese una copia al e-mail: neurofilosofia1@yahoo.com.mx)
Greene, J.D., (2004) Nystrom, L.E., Engell, A.D., Darley, J.M. and Cohen, J.D., The neural bases of cognitive conflict and control in moral judgment, Neuron, 44 389-400.
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